En 2008, aproximadamente dos millones de nuevos casos de cáncer a nivel mundial (16%) fueron atribuidos a infecciones por diferentes agentes biológicos. Si estas infecciones pudieran prevenirse y/o tratarse, se estima que habrían alrededor de un 23% menos de casos nuevos de cáncer en las regiones menos desarrollas, y alrededor de un 7% menos de casos en las regiones más desarrolladas. En los últimos años, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), ha identificado once agentes biológicos como carcinógenos de grupo 1. Estos incluyen: virus Epstein-Barr (EBV), virus de hepatitis B y hepatitis C (HBV y HCV, respectivamente) virus herpes de sarcoma de Kaposi (KSHV, también conocido como virus herpes humano tipo 8 o HHV-8), virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (HIV-1), papilomavirus humano tipo 16 (HPV-16), virus linfotrópico humano de célula T tipo 1 (HTLV-1), Helicobacter pylori, Clonorchis sinensis, Opisthorchis viverrini, y Schistosoma haematobium. Actualmente, el cáncer gástrico es la segunda neoplasia más frecuente en Lima Metropolitana y la primera causa de muerte. Otros como el cáncer de pulmón, el cáncer de cuello uterino y leucemias, son los más ampliamente diagnosticados. Estas neoplasias estan fuertemente ligadas a infección de diferentes agentes infecciosos, tales como H.pylori y/o EBV; Mycobacterium tuberculosis; HPV; HTLV-1 y KSHV siendo estos agentes endémicos en la población peruana y aumentando el riesgo de infección y posibilidad de desarrollar una neoplasia. Los procedimientos de diagnóstico y evaluación de tratamientos se limitan a ciertos marcadores y mutaciones, o en el caso de diversas neoplasias, como en el cáncer gástrico, la detección de H.pylori consiste en la observación en tinción de hematoxilina-eosina (HE), donde se pueden identificar los bacilos. Sin embargo esta metodología tiene una especificidad baja y depende de la formación y experiencia del patólogo. La detección de EBV no se realiza en caso de cáncer gástrico. De este modo, surge la necesidad de incluir la detección de estos agentes infecciosos en los protocolos de despistaje de cáncer que se realizan en los hospitales y centros de salud del país, siendo beneficioso para la población una detección precoz de la infección, para su tratamiento y evitar que ocurra mayor daño en el tejido y posterior desarrollo de una neoplasia. El análisis de mutaciones, perfiles de expresión, metilación aberrante y respuesta inmunológica del huesped frente al tumor, permitirá obtener un mayor conocimiento sobre el proceso de carcinogénesis asociada a agentes infecciosos, pudiendo generarse la implementación de biomarcadores pronósticos específicos de enfermedad y de respuesta a los tratamientos antineoplásicos.