La producción de tomate en el Perú está principalmente concentrada en la costa semiárida donde la precipitación anual promedio es 40 mm según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAHMI). El manejo del agua es un factor crítico para la producción de esta hortaliza. La falta de conocimiento técnico e investigación en este rubro está resultando en prácticas de riego y fertilización inadecuadas y/o excesivas, disminuyendo la eficiencia del uso del agua y fertilizantes. Estos problemas están generando impactos ambientales y económicos tales como la contaminación de los acuíferos con nitrato y una gran dependencia de los agricultores locales de los insumos externos que hacen que estos sistemas sean menos sostenibles en el tiempo. Los modelos dinámicos de crecimiento y desarrollo de plantas son utilizados como herramientas para calcular la respuesta de un cultivo a las diferentes prácticas de manejo y su interacción con el uso del agua y la absorción de nutrientes por la planta. Para medir el efecto de las prácticas de manejo, e identificar los aspectos clave para lograr la sostenibilidad de estos sistemas, se vienen realizando desde el año 2015 una serie de experimentos con tomate a campo abierto. El equipo de reflectómetro de dominio de tiempo se empleó para medir el contenido volumétrico de agua cada tres horas durante el desarrollo de los experimentos. Un sistema de riego tecnificado y automatizado y 128 probetas TDR se instalaron a cuatro profundidades, (10 cm, 20 cm, 30 cm y 45 cm), cada años siguiendo un diseño de Cuadrado Latino en el campo experimental del Instituto Regional de Desarrollo (IRD) DonGerman ubicado en la localidad de Cañete. El objetivo principal es utilizar técnicas estadísticas y de simulación para medir el efecto de la estrategia de fertirrigación sobre la distribución de nitrógeno y sales en el suelo evaluando la respuesta del cultivo de tomate. La hipótesis principal es: ¿La optimización de la aplicación de nutrientes y el manejo adecuado del agua en condiciones de fertirrigación pueden reducir la contaminación del agua subterránea sin comprometer o incluso mejorar el rendimiento y la calidad del cultivo de tomate? Asimismo reduciendo la emisiones al aire de N2O, NH3, causadas por el exceso de la fertilización nitrogenada y prevenir la acumulación de sales en el suelo.