La industrialización de alimentos se caracteriza por la producción en grandes cantidades que responden a una creciente demanda; lo cual conlleva una generación de residuos sólidos de igual o mayor dimensión. En el Perú, se generan alrededor de 21 000 toneladas de desechos al día, de los cuales más de la mitad están conformados por restos vegetales como cáscaras, semillas, hojas, tallos, etc. (Paz, 2021). Del total de estos, el 63.9% no cuentan con un manejo adecuado y son vertidos en botaderos ilegales debido a la falta de infraestructura para su correcta disposición (Orihuela, 2018). La contaminación generada por el inadecuado manejo de residuos orgánicos genera problemas de salud en la población al actuar como vectores epidémicos, aumento de producción de gases de efecto invernadero, erosión y desertización del suelo, disminución de la biodiversidad biótica, etc. (Mejida et al., 2016).