El cambio climático está provocando grandes cambios en el sector agropecuario. Se dice que la alimentación del ganado será afectada por el aumento de las temperaturas, generando una disminución en la producción, de igual manera la falta de precipitaciones hará que los pastos y forrajes demoren en crecer, provocando un aumento en la sobreexplotación y degradación de pasturas (Saiz, 2010). En el caso de la Amazonia, los niveles de producción de forrajes son bajos, ya que el suelo es pobre en nutrientes, los pastos utilizados son vulnerables a las plagas y enfermedades, y no llegan ser totalmente resistentes. Estos factores demuestran la necesidad de buscar alternativas sustentables para recuperar áreas degradadas y obtener especies forrajeras que tengan buena producción de biomasa y se adapten a las condiciones edafoclimáticas (de la Ribera et al., 2017). Una alternativa sustentable son la especies arbóreas y arbustivas leguminosas, porque actúan como suplemento en las dietas de ganado, pero hay especies que no son leguminosas y tienen valores nutricionales similares y en muchos casos superiores a las especies leguminosas mostrando ser una estrategia de alimentación (Flores et al., 1998). Estas especies pueden ser aplicados en bancos forrajeros, puesto que dan resultados beneficiosos y pueden ser usadas en la época seca, aportando un forraje rico en nutrientes, además reduce la emisión de metano, conserva el agua y aumenta la biodiversidad (Flores y Tinajero, 2008). Existe bancos forrajeros con herbáceas, como la Saccharum officinarum, y con arbustivas como Tithonia diversifolia (Hemsl) A. Gray, Leucaena leucocephala, Gliricidia sepium(Silva y Zapata, 2020). Los bancos forrajeros con arbustiva son considerados un tipo de “sistema silvopastoril”, por la presencia de árboles y arbustivas que interactúan con otras especies forrajeras y permite incrementar la productividad ganadera y aporta beneficios al ecosistema (Toruño et al., 2015). El botón de oro (Tithonia diversifolia (Hemsl) A. Gray), una arbustiva forrajera no leguminosa, funciona como un banco forrajero proteico. Tiene una fuente de alto valor nutricional, cuyo contenido de proteína cruda varía entre 14 y 28%, alto contenido de fosforo, alta digestibilidad y bajo en taninos y fenoles (Pérez et al., 2009). Representando un aporte nutricional, relevante para la ganadería. Por otro lado, se conoce que esta especie disminuye la erosión, reduce los efectos del sobrepastoreo y ofrece una alta productividad de biomasa. Así mismo, el botón de oro viene siendo usado en otros países dentro de sistemas silvopastoriles como un banco de proteína, permitiendo la recuperación y conservación de suelos, debido a relaciones como el reciclaje de nutrientes o la fijación de nitrógeno que hacen algunas especies arbóreas (Panadero, 2019), y por las características descritas anteriormente este cultivo viene cobrando expansión a nivel mundial. Al respecto, la mayoría de los datos acerca de la siembra de botón de oro (Tithonia diversifolia (Hemsl) A. Gray), provienen de otros países tales como Ecuador, Colombia y Costa Rica (García, 2017). No obstante, este cultivo aún no ha sido estudiado y caracterizado en el Perú, por lo que es importante conocer por primera vez su comportamiento ante las diversas condiciones climáticas existentes en el país, para comprobar su potencial como suplemento ante la escasez de un alimento nutritivo en épocas de sequía y a la vez que actúe en la disminución del impacto ambiental en el sector agropecuario, realizándose la investigación en la Costa Central del Perú.