Los bosques altoandinos representan uno de los ecosistemas más vulnerables frente a los efectos de cambio climático, además de ser uno de los ecosistemas que recibe mayor presión de las actividades humanas como la extracción de leña, quema, pisoteo por ganadería, agricultura y minería, por ejemplo, se estima que los bosques naturales de Polylepis (quinual) han perdido más del 95% de su extensión original. Frente a ello, muchos proyectos de reforestación se vienen desarollando, sin embargo, muchos utilizan especies exóticas como pino y eucalipto, mientras que el uso de especies nativas aún es limitado, y, aún incluso en proyectos donde se prioriza el uso de especies nativas, éstos se limitan al uso de unas pocas especies (por ejemplo, Polylepis racemosa) las cuales han sido propagadas exclusivamente de forma vegetativa (baja diversidad genética) y han sido introducidos en diferentes lugares sin considerar aspectos de distribución natural de las poblaciones (hibridización no deseada e invasión de especies). Por ello, esta propuesta busca estandarizar protocolos de propagación de especies arbóreas altoandinas nativas (inicialmente con especies del género Polylepis), las cuales puedan después constituir el primer banco de germoplasma de este tipo a nivel nacional, convirtiéndose a mediano plazo como la primera fuente de obtención de semilla botánica o vegetativa certificada para realizar trabajos de reforestación y/o restauración de ecosistemas de montaña. Para ello se utilizarían técnicas convencionales de propagación haciendo uso de semilla botánica, complementado con esquejes y acodos, en diseños experimentales tanto en campo como vivero. Este trabajo sería un paso inicial para comprender mejor la biología reproductiva de las especies y contribuiría a futuro la producción masiva de éstas plantas, asimismo se sentarían las bases para establecer trabajos de propagación de otras especies arbóreas altoandinas. De esta manera, el proyecto se presenta como: a) Una alternativa de solución a la demanda no atendida de plantones en la región altoandina, b) Una forma de diversificar los procesos de reforestación basados en criterios de distribución geográfica y genética de poblaciones, que contribuyan a alcanzar los objetivos particulares de cada evento de reforestación, c) Una medida que contribuya a la conservación de la diversidad genética de especies arbóreas amenazadas y la conservación y restauración de ecosistemas de montaña.