Actualmente, el mundo requiere nuevas fuentes de proteína vegetal, pero con el menor impacto ambiental posible. El Tarwi proviene de los Andes, es la leguminosa con el mayor contenido de proteínas conocido (~ 50%), pero también contiene alcaloides (~ 3%) que lo protege del ataque de plagas y otros depredadores. Para que el Tarwi sea comestible debe eliminarse su contenido de alcaloides mediante una extracción acuosa (tradicionalmente este líquido se descartaba). Con nuestro proyecto estamos solucionando este problema, usaremos estos alcaloides para producir un bioplaguicida llamado Lupinol. Actualmente ya estamos finalizando 02 formulaciones, una de ellas para hongos (Botrytis cinérea) de arándanos y otro par ácaros (Oligonychus yothersi) de aguacates. Estos últimos productos son los de mayor crecimiento en las exportaciones no tradicionales del Perú, en 2017 creció 49 y 46%, respectivamente.