Actualmente, se carecen de adecuados lineamientos de propagación para la Passiflora ligularis ‘granadilla’; así, se viene recurriendo al uso constante de púas provenientes de plantines obtenidos a partir de semilla para el proceso de injertado. La alta variabilidad genética presente en los plantones puede conllevar al incremento de la desuniformidad productiva del campo. Por ello, el uso de material clonal acompañado de una técnica de injerto que promueva un mejor prendimiento entre el injerto y portainjerto, y, por lo tanto, favorezca una mayor acumulación de biomasa, resulta imprescindible dentro de una línea de procesos de propagación. Además de esta problemática, a nivel nacional se emplea predominantemente como patrón de la granadilla al maracuyá amarillo, que por sus características evolutivas se delimita solo a ciertas áreas geográficas, limitando las zonas productivas. Por ende, la introducción de nuevos portainjertos que puedan mantener producciones similares a las obtenidas con el portainjerto convencional, a través de tasas de crecimiento y fotosíntesis adecuadas, daría lugar a instalar el cultivo en nuevas áreas potenciales.