"Actualmente la industria alimentaria utiliza una amplia gama de hidrocoloides, que son polímeros de alto peso molecular, en diversas aplicaciones por sus propiedades gelificantes, espesantes, estabilizantes, emulsionantes y mejoradores de características reológicas y de textura de los sistemas alimenticios. Su rápida expansión se debe además de estas funcionalidades al sabor neutro que poseen y al mínimo o nulo aporte de energía de estos (Mayti & Saxena, 2016; Tnushree & Alok, 2016). Otra de sus propiedades reconocida y muy estudiada es su efecto crioprotector, al proporcionar estabilidad a los productos congelados durante los ciclos de congelación y descongelación y ayudar a minimizar los efectos negativos de la congelación y el almacenamiento congelado. Se han aplicado con éxito en pastas, masas, alimentos preparados, postres, productos cárnicos y de pescado congelados, entre otros. Su acción se debe al control que ejercen sobre el agua no congelada y a la estabilización de los cristales de hielo. En los productos consumidos en estado congelado, el tamaño y la forma del cristal afectan la calidad del producto. En los productos descongelados para el consumo, los hidrocoloides tienen como objetivo unir el agua libre para evitar la migración, la condensación o la sinéresis (Jía et al., 2014; Dongmei et al., 2018) Son los biopolímeros en forma de gel los que mayor impacto tienen sobre dichos efectos, debido a que forman puentes de hidrógeno y atrapan el agua de la matriz del alimento. Con lo cual limitan el crecimiento de los cristales de hielo durante los procesos de congelación y almacenamiento congelado, minimizan la distribución del agua, aumentan la viscosidad del sistema y estabilizan la consistencia del producto frente a cambios de temperatura. Estos mecanismos contribuyen a mejorar las características reológicas y de textura después de la descongelación, otorgan estabilidad térmica, aumentan la capacidad de retención de agua y retardan el envejecimiento de productos congelados (Khodaei et al.,2014; Tanushree & Alok, 2016). Chía es el nombre otorgado a la especie Salvia hispánica L. Estas semillas son una fuente importante de ácidos grasos omega-3 y omega-6. Además, posee cantidades significativas de fibra dietética, la cual representa más del 30% del peso de la semilla, llegando a superar incluso a otras frutas y semillas, proteínas de alto valor biológico, antioxidantes naturales, como tocoferoles y polifenoles, vitamina E, carotenoides y minerales caracterizan su composición (Pintado et al., 2019; Zettel & Hitzmann, 2018). Las semillas de este cultivo al entrar en contacto con agua exudan un mucílago transparente, el cual tiene potencial para usarse como espesante, emulsionante, estabilizante, sustituto de grasa y humectante por su por su buena capacidad de retención de agua (Coorey et al., 2014; Michajluk et al., 2018). Por lo que muchos autores consideran que posee un gran potencial en la aplicación de productos alimenticios sometidos a procesos de congelación. Hasta el momento no existen estudios que evalúen los efectos del ciclo de congelación- descongelación sobre las propiedades funcionales de los geles de harina y de mucílago liberados por estas semillas. Por lo cual, un estudio sobre el efecto de los procesos de congelación y descongelación sobre las propiedades funcionales de estos podría ampliar sus aplicaciones en diversos campos de la industria de alimentos donde la congelación sigue representando un problema."