Actualmente los métodos existentes de clasificación y segregación de residuos sólidos se basan en el uso de diferentes contenedores de colores de acuerdo al residuo a colocar, sin embargo, este método no es efectivo. Esto se debe a que no existe una cultura de reciclaje arraigada en la sociedad (solo 12% de la población recicla sus residuos), sumado al desconocimiento de la población acerca de los beneficios del reciclaje y su impacto en el medio ambiente. Asimismo, pocas empresas y municipalidades cuentan con un sistema de gestión de residuos sólidos; solo 10 municipalidades provinciales de 195 gestionan correctamente sus residuos sólidos (Fuente: OEFA). Por último, el 90% de recicladores en el país son informales. Ante esta problemática se busca desarrollar a IRBin, un robot social que clasifica automáticamente residuos sólidos. IRBin es una solución interactiva y personalizable que busca educar y concientizar al usuario sobre la importancia del reciclaje en el país. IRBin logra clasificar 3 de los residuos sólidos más comunes: botellas de plástico, botellas de vidrio y otros residuos. Adicionalmente, IRBin cuenta con un sistema de compactado de botellas de plástico PET lo cual facilita almacenar una mayor cantidad de residuos plásticos para su posterior reciclaje. Con la masificación de IRBin, se busca lograr impactos ambientales, sociales y económicos significativos. Se estima que colocando 50 IRBins a lo largo del país se puede llegar a recolectar más de 2.5 millones de botellas PET y más de 1 millón de botellas de vidrio en un año. El dispositivo también genera un impacto positivo en el usuario, se busca crear conciencia de reciclaje de residuos sólidos mediante la interacción entre dispositivo y usuario. También logra beneficiar al usuario secundario, el recolector de los desechos, ya que obtienen los desechos totalmente clasificados, facilitando el reciclaje posterior y la posible venta de los residuos. Esto generándole beneficios económicos tanto a empresas generadoras como recicladoras.